Más de 40 años dando servicio a los armadores de crucero
La Real Asociación Nacional de Cruceros (RANC) la fundó en 1974 D. José Mª Padró (†), a propuesta de un grupo de armadores desanimados por el poco soporte y la falta de criterio de la Federación Española de Vela con la vela de crucero. Muy acuciante debía de ser la necesidad de tener una asociación que defendiera los intereses y necesidades de sus navegantes cuando, a pocos meses de su fundación, la RANC (entonces todavía ANC) ya contaba más de 350 armadores de todo el país. Y la cifra no dejó de crecer.
La RANC es una asociación privada, sin ánimo de lucro y sin cargos remunerados en su Junta Directiva. Sus objetivos se han mantenido inalterables con los años, pero conservar esta línea de apoyo y defensa de los intereses de los navegantes ha obligado a las sucesivas Juntas Directivas de la RANC a adaptarse en cada momento a la realidad deportiva e incluso socioeconómica del crucero y de los armadores.
La RANC, como la mayoría de asociaciones de armadores europeas, recomienda su sistema RI en las regatas nacionales. Los sistemas nacionales integran, mejor que las fórmulas internacionales, las singularidades y necesidades de cada flota. El HN francés –por ejemplo- está adaptado a la amplia flota de barcos de gran serie que navega en nuestro país vecino. Y el CSA (Caribbean Sailing Association) es la fórmula mejor adaptada a las flotas de chárter que habitualmente regatean en el Caribe. El rating RI de la RANC se diseñó pensando en la flota española, pero teniendo también en mente la realidad socioeconómica de sus armadores.
En esta línea de adaptación a las necesidades de los navegantes, la RANC propone desde 2014 su Licencia Clase Crucero (LCC), una económica alternativa a las licencias federativas. La LCC de la RANC cumple con los términos que prescribe la Ley del Deporte en cuanto a cobertura de Responsabilidad Civil y de lesiones por accidente en todo tipo de regatas.
A lo largo de los años, los intereses de los navegantes que representa la RANC no siempre han coincidido con los mandatos de las administraciones deportivas o incluso políticas. Esta infatigable defensa del criterio de los armadores frente a los estamentos públicos es un insustituible contrapunto y una de las señas de identidad de la RANC. Y también es un motivo de orgullo para los miembros de esta asociación.